Ya decía Leonardo Da Vinci que hasta el más pequeño de los felinos es una obra de arte. Y es que, el caracal o lince africano es un animal majestuoso y enigmático, una criatura fascinante que despierta admiración con su belleza singular y su aire misterioso y salvaje.
Su elegancia en movimiento y sus habilidades cazadoras lo convierten en un verdadero depredador de la vida silvestre africana y asiática.
Sin embargo, aunque hace años era algo impensable, cada vez es más frecuente la presencia de los gatos caracales en casas particulares, como si fuese un gato doméstico más.
En redes sociales, como Instagram o TikTok, cada vez son más los que presumen de tener un gato caracal como mascota, por lo que, muchos nos preguntamos si eso también es posible en España.
En este artículo veremos si es legal (o no) tener un caracal como mascota en España. También veremos las diferencias entre el caracal y el caracat, además de ver si es legal tener a este último como mascota en nuestro país.
Origen del caracal
El gato caracal, cuyo nombre proviene del turco «karakulak» que significa «orejas negras», es una especie que ha cautivado la imaginación humana durante siglos.
Su origen se remonta a África, medio Oriente e India, donde también ha dejado su huella en la mitología y la historia de las culturas locales.
Con una adaptación excepcional a diversos hábitats, el gato caracal ha prosperado en áreas semiáridas, desiertos, sabanas y bosques. Su evolución se ha moldeado para destacar, entre otros felinos, con su distintivo pelaje de color arena, cuerpos ágiles y orejas coronadas por mechones oscuros (penachos).
Actualmente, los esfuerzos de conservación y la protección de su entorno natural se han convertido en pilares fundamentales para preservar la herencia de este magnífico felino y garantizar su supervivencia para las generaciones futuras.
Apariencia física del Caracal
El caracal posee una apariencia distintiva que lo hace inconfundible entre otros felinos.
Su pelaje es corto, y de una tonalidad marrón rojiza. Sin embargo, lo que más destaca son sus orejas largas y erguidas, coronadas por llamativos mechones de pelo negro, una característica única que le otorga una presencia imponente y una agudeza visual excepcional.
Con una constitución musculosa y esbelta, el caracal posee patas largas y fuertes, ideales para la carrera y el salto. Su cola, relativamente corta y con una punta negra distintiva, ayuda en el equilibrio y la agilidad durante la caza.
Aspectos básicos para conocer al caracal
Para conocer un poco más a fondo el caracal, y entender lo que podría implicar tener uno como mascota (tanto para el dueño como para el propio animal) debemos conocer algunos aspectos del propio felino, como son su comportamiento, alimentación o ánimo.
Comportamiento del Caracal
El comportamiento del caracal se distingue por su naturaleza solitaria y su habilidad para adaptarse a una variedad de entornos. Estos felinos son cazadores nocturnos y crepusculares, lo que significa que son más activos durante las horas de la madrugada y el atardecer.
Con una destreza formidable, el caracal utiliza su aguda visión y audición para detectar presas potenciales.
Dotado de una agilidad sorprendente, este felino puede alcanzar alturas extraordinarias en un salto único, lo que le permite capturar aves en vuelo y sorprender a mamíferos de mayor tamaño con precisión y velocidad asombrosas.
Este comportamiento maternal refleja la dedicación y la astucia que caracteriza a este felino, por lo que, tenerlo en cautiverio puede resultar una tortura para el propio animal, ya que, una vida en familia con humanos, muy posiblemente le privaría de uno de sus instintos más básicos, como es la caza.
Alimentación del Caracal
Los caracales son depredadores ágiles y versátiles que se alimentan principalmente de presas silvestres como liebres, conejos, roedores, aves de diferentes tamaños e incluso pequeños antílopes.
Utilizan tácticas de caza sorprendentes, acechando a sus presas con sigilo antes de lanzarse en un salto rápido y preciso para capturarlas.
Su habilidad para saltar a alturas excepcionales les permite incluso capturar aves en pleno vuelo con una destreza fenomenal. Estos felinos pueden consumir una variedad de presas y adaptar su estrategia de caza según las oportunidades que se presenten en su entorno.
Por tanto, tener un caracal como mascota implicaría una dieta basada principalmente en carne magra y de calidad, además de tener en cuenta las cantidades diarias de comida que este animal consume.
Hábitat del Caracal
El caracal es un felino que se encuentra en una variedad de hábitats, desde zonas semiáridas y sabanas hasta bosques abiertos y montañosos. Se distribuye en diferentes regiones de África, Oriente Medio, la India y ciertas zonas de Asia Central.
Prefiere áreas con una combinación de matorrales, pastizales y zonas rocosas que le proporcionen cobertura para acechar a sus presas y refugio para descansar durante el día.
Su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas y su habilidad para sobrevivir en entornos variados han contribuido a su amplia distribución geográfica.
¿Es buena idea tener un caracal como mascota?
Más allá de lo legalmente permitido, tener un animal salvaje como mascota, muy rara vez es una buena idea.
Esto se debe principalmente a que son animales extraídos de su hábitat natural y que no tienen la misma capacidad de adaptación a un entorno doméstico, por tanto, su salud, estado físico como mental y su bienestar en general se pueden ver seriamente afectados.
Pese a que el caracal es un animal que tiene una buena capacidad de adaptación, tener uno en casa como mascota, muy posiblemente, sería una mala idea, ya que, le estaríamos privando de sus necesidades e instintos más básicos, como la caza.
No nos debemos dejar fascinar (ni engañar) por las redes sociales, en especial Instagram y Tiktok, donde muchas veces parece que tener un caracal u otras especies de felinos como el serval o incluso el puma como mascotas, es algo común y sencillo.
¿Es legal tener un caracal como animal de compañía en España?
En España, la tenencia de animales salvajes como animales de compañía o mascotas está regulada por la Ley 31/2003, de 27 de octubre, de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos.
Esta ley establece restricciones estrictas sobre qué animales pueden ser mantenidos como mascotas y bajo qué circunstancias.
Salvo contadas excepciones, está prohibida la tenencia de animales salvajes, como especies en peligro de extinción o aquellas que estén catalogadas como especies exóticas invasoras. Además, existen regulaciones específicas en cada comunidad autónoma que pueden restringir aún más la tenencia de animales salvajes como mascotas.
Aquellas personas que deseen tener un animal salvaje como mascota deben obtener permisos especiales y cumplir con una serie de requisitos legales, como garantizar un hábitat adecuado, proporcionar cuidados específicos y cumplir con las normativas de bienestar animal.
Diferencia entre caracal y gato caracal
Aunque a menudo se usan indistintamente los términos caracal, gato caracal y caracat, no estamos hablando del mismo animal y es fundamental entender la diferencia.
El caracal, como ya hemos visto, es un felino silvestre que se encuentra principalmente en África, Oriente Medio y partes de Asia. En ocasiones, se le llama simplemente «caracal«, pero también se le puede llamar «gato caracal«.
El «caracat«, por su parte, es un híbrido que surge del cruce de un gato doméstico y un caracal, aunque a veces también se le llama gato caracal.
Este híbrido no es común y su creación generalmente se lleva a cabo en cautiverio. El primer caracat nace en 1998.
Los caracat, al ser un cruce entre un caracal salvaje y un gato doméstico, pueden presentar una combinación de rasgos de ambas especies. Sin embargo, la creación de híbridos entre especies silvestres y domésticas, más allá de las implicaciones éticas que ello conlleva, a menudo supone un desafío diario en términos de bienestar y cuidado del animal.
De hecho, los caracats no suelen tener un carácter dócil ni afable como pueden tener otros gatos.
Por tanto, el término caracal se refiere a un animal salvaje ( el lince africano) y el término caracat se refiere a una raza de gato híbrida, que surge del cruce de un caracal y un gato común o de raza abisinio.
El término gato caracal es el que más confusión crea, ya que, se puede referir tanto al animal salvaje como al gato híbrido.
¿Es legal tener en España como mascota un caracat?
En varios países, criar gatos híbridos de la primera a la cuarta generación requiere el cumplimiento de requisitos específicos para asegurar el cuidado adecuado de estos animales complejos y es sólo a partir de la quinta generación, cuando la influencia genética del gato salvaje se reduce al 1,6%, que estos se consideran plenamente domesticados y pueden ser tratados como gatos domésticos convencionales.
En España, la ley es bastante confusa al respecto, sin embargo, parece que no está prohibido tener un caracat como mascota en nuestro hogar siempre y cuando cumpla con lo anterior.
El caracal no está incluido dentro del catálogo de especies exóticas invasoras, por lo que no sería aplicable lo dispuesto en la ley 42/2007.
No obstante, es necesario tener en cuenta que se trata de un animal catalogado como potencialmente peligroso según la Ley 9/2022.
Caracat: animal potencialmente peligroso
La Ley 9/2022, de 30 de junio, de protección de los animales domésticos, encuadra al caracat como un animal potencialmente peligroso.
Y es que, la definición que nos da de los mismos es la siguiente: Todos los que, perteneciendo a la fauna silvestre y siendo utilizados como animales de compañía, aun con independencia de su agresividad, pertenecen a especies o razas que tengan mayor capacidad de causar la muerte o lesiones a las personas o a otros animales, así como daños a los bienes.
Por tanto, si queremos tener un caracat como mascota, lo primero que debemos hacer es consultar la normativa legal de nuestra localidad o municipio.
Tener un animal potencialmente peligroso como mascota a menudo conlleva ciertas obligaciones legales como la contratación de un seguro especial, disposición de instalaciones y medios adecuados para su tenencia o su identificación mediante microchip.
Estas normas pueden variar de una localidad a otra, por lo que debemos consultarlas en nuestro ayuntamiento.
Alternativas a tener un gato caracal como mascota
Aunque en España, en principio, no es legal tener un caracal como mascota y tener un caracat puede resultar complicado, sí existen otras opciones que pueden enamorarte igualmente.
Algunas razas de gatos tienen un aspecto verdaderamente fascinante, como el gato bengalí, que, aunque también es un híbrido, su tenencia es totalmente legal en nuestro país.
Si tu debilidad son los felinos de gran tamaño, existen razas que podrías considerar, como el Maine Coon o el Bosque de Noruega.
Sin embargo, dentro de los gatos comunes, existen opciones igual de fascinantes, como lo pueden ser estos gatos, donde cada uno tiene su propio manto, personalidad y encanto especial.