En el ámbito del derecho penal español, se encuentra una figura que ha suscitado debates y controversias a lo largo del tiempo: la prueba diabólica.
Este término se refiere a ciertos métodos de prueba que, aunque utilizados en el pasado, han sido objeto de críticas debido a su incompatibilidad con los principios fundamentales del derecho penal.
En este artículo, exploraremos en detalle qué es exactamente la prueba diabólica y veremos ejemplos prácticos de su aplicación. Además, también veremos cómo se puede probar un hecho negativo.
¿En qué consiste la prueba diabólica?
La prueba diabólica o probatio diabolica en el derecho penal español se refiere a métodos de prueba que implican exigir al acusado demostrar su inocencia según las normas jurídicas, que, en la práctica, se traduce como algo prácticamente imposible o extremadamente difícil. Es decir, básicamente, consiste en probar un hecho que no ha existido (un hecho negativo).
Esta expresión se utiliza para describir situaciones en las que se coloca al acusado en una posición injusta, donde se le exige probar su inocencia frente a una acusación, sin que el fiscal o la acusación aporten pruebas suficientes para demostrar su culpabilidad.
Es decir, representa una inversión del onus probandi o carga de la prueba, contraviniendo los principios fundamentales del sistema judicial. Por lo tanto, se excluye de cualquier procedimiento de prueba que aspire a la racionalidad y la justicia.
El artículo 217 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) aborda la responsabilidad de la presentación de pruebas. Este artículo sostiene que, tanto el demandante (actor) como el acusado reconviniente, tienen, por su parte, la responsabilidad de proporcionar evidencia que respalde la veracidad de los hechos ante un tribunal que, de acuerdo con las leyes pertinentes, normalmente implicarían las consecuencias jurídicas derivadas de las demandas y contrademandas presentadas.
En otras palabras, la prueba diabólica supone una inversión del principio básico de presunción de inocencia, al requerir que el acusado demuestre su inocencia en lugar de que la fiscalía pruebe su culpabilidad.
Ejemplo práctico de prueba diabólica
Para entender mejor la prueba diabólica o probatio diabolica lo mejor es verla reflejada en ejemplos prácticos.
Un ejemplo práctico de la prueba diabólica puede ser el caso de una persona acusada de un delito de difamación.
En este escenario, supongamos que la persona acusada niega haber emitido las declaraciones difamatorias. Aquí, el acusado se encuentra en una posición en la que tiene que probar un hecho negativo, es decir, que no dijo las palabras que se le atribuyen.
La dificultad radica en que probar la no ocurrencia de algo puede ser extremadamente difícil y, en algunos casos, puede convertirse en una prueba diabólica, especialmente si hay declaraciones contradictorias de los testigos. En este tipo de situaciones, el acusado estaría enfrentando un desafío tremendo tratando de demostrar su inocencia, lo cual puede plantear dilemas éticos y legales.
Otro ejemplo puede surgir en casos de acusaciones de acoso sexual. Suponga que una persona es acusada por otra de acosarla en un lugar privado sin la presencia de testigos o grabaciones de seguridad. El acusado niega la acusación y afirma que nunca sucedió tal situación de acoso.
En este caso, se enfrenta a la prueba diabólica. Tiene que demostrar un hecho negativo, que no acosó a la otra persona, pero dada la naturaleza del caso, le sería sumamente difícil proporcionar pruebas concluyentes. No puede probar fehacientemente que algo no sucedió en ausencia de testigos o evidencia material.
Este es un buen ejemplo de por qué es tan crucial el principio de presunción de inocencia en los sistemas de justicia, ya que colocar la carga de probar su inocencia en el acusado en tal situación puede resultar injusto. En la mayoría de los sistemas legales, la carga de la prueba por lo general recae en quien realiza la acusación.
¿Cómo se prueba un hecho negativo?
Probar un hecho negativo en derecho puede ser un verdadero desafío, ya que, básicamente, se está tratando de demostrar que algo no sucedió o no existe, lo cual puede ser mucho más difícil que demostrar un hecho afirmativo, es decir, que algo sí sucedió o sí existe.
Sin embargo, eso no significa que sea imposible. A continuación, vamos a ver algunas de las formas en las que se puede tratar de demostrar un hecho negativo.
Demostrar la imposibilidad lógica
En algunos casos, se puede demostrar que un hecho negativo es imposible desde un punto de vista lógico. Por ejemplo, si se puede demostrar que dos afirmaciones son mutuamente excluyentes, probar una de ellas como verdadera implica automáticamente que la otra es falsa.
Evidencia circunstancial
Aunque no se pueda probar directamente un hecho negativo, a veces se pueden presentar pruebas circunstanciales que apoyen la falta de evidencia o la ausencia de algo. Por ejemplo, si se esperaría encontrar evidencia de un fenómeno en un lugar o situación particular y no se encuentra, eso puede proporcionar un indicio de que el fenómeno realmente no ocurrió.
Demostración de la inconsistencia de las afirmaciones positivas
En algunos casos, se puede probar un hecho negativo demostrando que las afirmaciones positivas que lo contradicen son inconsistentes o carecen de fundamento. Por ejemplo, si alguien afirma que hay un elefante rosa en una habitación y se puede demostrar que no hay un elefante en absoluto, entonces se puede inferir que tampoco hay un elefante rosa.
Prueba por inducción
En ciertos contextos, especialmente en la ciencia, se puede utilizar el razonamiento inductivo para probar un hecho negativo. Esto implica recopilar una cantidad significativa de evidencia que respalde la ausencia del fenómeno en cuestión en una variedad de situaciones y contextos.
Demostrar la falta de correlación
En algunos casos, se puede probar un hecho negativo demostrando que no hay correlación entre dos variables o eventos. Por ejemplo, si se afirma que una cierta acción causa un resultado específico, se puede intentar probar que no existe una relación causal entre la acción y el resultado.
Finalmente, hay que mencionar que en muchos casos es técnicamente imposible probar un hecho negativo en términos absolutos. Por eso, el estándar en el derecho no suele ser la «certeza más allá de toda duda», sino la «certeza más allá de una duda razonable».
En otras palabras, la meta no es demostrar que el hecho negativo es absolutamente cierto, sino simplemente que es la explicación más razonable dada toda la evidencia.
