La figura del testaferro es un concepto que ha despertado interés y debate dentro del ámbito del derecho español.
Se refiere a aquella persona que, de manera formal, aparece como propietaria o titular de bienes, activos o derechos, pero en realidad actúa como mero instrumento o representante de otra persona (mandante), la cual ostenta el verdadero control y beneficio sobre dichos recursos.
En España, la utilización de testaferros ha sido objeto de especial atención por parte de las autoridades, ya que en ocasiones se ha empleado esta figura con fines ilícitos, como el fraude fiscal, evasión de impuestos, el blanqueo de capitales o para ocultar la verdadera titularidad de bienes provenientes de actividades delictivas del mandatario.
Debemos insistir en que la utilización de testaferros no es ilegal per se, ya que en algunos casos pueden ser empleados de manera legítima para proteger la privacidad, gestionar inversiones o negocios de manera más eficiente, siempre y cuando se respeten las normativas vigentes y se actúe dentro de los límites legales.
En este artículo veremos la figura del testaferro sin filtros: entenderemos qué supone ser un testaferro, cuándo es legal su utilización y cuándo no. También veremos otros puntos relevantes como la diferencia entre un testaferro y un apoderado.
¿Qué es un testaferro?
Testaferro, es un término que en su literalidad significa «cabeza de hierro», del italiano «testa» (cabeza) y «ferro» (hierro).
La Real Academia Española (RAE) define testaferro como aquella persona que presta su nombre en un contrato, pretensión o negocio que en realidad es de otra persona.
En esencia, un testaferro es una persona que actúa y figura como titular legal de bienes, propiedades, empresas o activos financieros en lugar del verdadero beneficiario o propietario.
El uso de la figura del testaferro, será quien determine si es una legal o no, tal y como veremos más adelante.
¿Quiénes pueden ser testaferros?
La ley no es muy exigente en este sentido.
Básicamente, podrá desempeñar el papel de testaferro cualquier persona mayor de edad y que tenga planea capacidad para operar en el tráfico jurídico, además de tener plena capacidad de obrar.
Es un puesto que debe desempeñar libremente.
Testaferro vs apoderado
Un apoderado, en esencia, es una persona que ha recibido poderes o facultades legales para actuar en nombre de otra persona, ya sea en asuntos financieros, legales u otros.
El apoderado recibe autoridad legal para realizar ciertas acciones o tomar decisiones en nombre del poderdante (la persona que otorga el poder).
Por ejemplo, alguien puede otorgar poder a otra persona para administrar sus finanzas, firmar contratos o representarlo en procedimientos legales.
La diferencia entre el testaferro y el apoderado radica en que el testaferro es alguien que actúa como titular de bienes o activos para ocultar la verdadera propiedad, mientras que el apoderado es alguien que tiene autoridad legal para actuar en nombre de otra persona en diversas áreas específicas según los poderes que se le hayan conferido.
Testaferro como figura ilícita
En España, el uso de testaferros se considera ilegal en diversas situaciones, especialmente cuando se emplea con el propósito de cometer actividades delictivas o evadir responsabilidades legales.
Cabe recordar que el testaferro no es una figura que castigue el código penal per se, sin embargo, algunas de las acciones que pueden incurrir bajo el uso de esta figura sí son perseguibles y susceptibles de responsabilidad penal.
Algunos de los escenarios en los que el uso de testaferros se considera ilegal incluyen:
Fraude fiscal
Utilizar testaferros para ocultar ingresos, propiedades o activos con el fin de evadir el pago de impuestos constituye un delito en nuestro país.
Esto incluye la utilización de personas interpuestas para no declarar ingresos o para simular la titularidad de bienes con el objetivo de eludir obligaciones tributarias.
Blanqueo de capitales
El empleo de testaferros para ocultar la procedencia ilícita de fondos o para dar apariencia de legalidad a dinero proveniente de actividades delictivas, como el narcotráfico, la corrupción o el fraude, está prohibido por la legislación española.
Comisión de fraudes financieros
Utilizar testaferros en operaciones fraudulentas, estafas o manipulación de activos financieros con el propósito de obtener beneficios ilegítimos constituye una práctica ilegal en España.
Incumplimiento de normativas de transparencia:
No revelar la identidad real de los beneficiarios finales de empresas, transacciones financieras u operaciones comerciales, incumpliendo las normativas de transparencia y prevención del blanqueo de capitales, también puede considerarse ilegal.
En general, cualquier uso de testaferros que tenga como objetivo cometer actos ilícitos, evadir impuestos, encubrir la procedencia ilegal de fondos o burlar las regulaciones financieras y empresariales vigentes en España se considerará ilegal y estará sujeto a sanciones legales.
La figura del testaferro legal
En España, el uso de testaferros puede ser legal en ciertos contextos y circunstancias específicas, siempre y cuando su papel se realice de acuerdo a la ley y no se utilice con fines ilegales o fraudulentos.
Algunas situaciones en las que el uso de testaferros pueden ser las siguientes.
Gestión de patrimonio
En ocasiones, se recurre a testaferros para administrar o gestionar el patrimonio de una persona, entidad o familia, siempre y cuando no se emplee con el propósito de eludir impuestos o cometer fraudes financieros.
Protección de la privacidad
En ciertos casos, las personas desean mantener su identidad en el anonimato por razones de seguridad o privacidad legítima.
El uso de testaferros podría justificarse para salvar esa privacidad, por ejemplo, mediante la firma de determinados contratos o documentos, pero siempre respetando las leyes y regulaciones pertinentes.
Transacciones comerciales y empresariales
En el ámbito empresarial, se podría recurrir a testaferros para representar legalmente a una empresa o sociedad, sin que ello implique actividades ilícitas como el fraude o el blanqueo de capitales.