Cuando cualquier palabra lleva el «apellido» desleal ya sabemos que estamos hablando de algo en lo que la ética y las buenas prácticas no tienen mucha cabida.
Al hablar de actos de competencia desleal, básicamente, nos referimos a todas aquellas prácticas comerciales y actos de engaño que atentan contra los principios del mercado, que es de lo que trata este artículo.
Vamos a ir al grano. ¿Qué veremos en este artículo?
Entenderemos qué se entiende concretamente por un acto de competencia desleal, cuál es su marco jurídico y qué actos se consideran jurídicamente como competencia desleal. Empecemos.
¿Qué es competencia desleal?
En España, la competencia desleal se refiere a un conjunto de prácticas comerciales que van en contra de los principios de lealtad y honestidad preestablecidos en el mercado.
Estas prácticas tienen como objetivo obtener ventajas injustas sobre los competidores y perjudicar a otros miembros participantes en el mercado, lo que puede distorsionar la competencia y afectar negativamente a los consumidores.
La competencia desleal implica acciones que van más allá de la competencia normal y saludable en el mercado. Algunas de estas prácticas son la manipulación de la información, violación de secretos, explotación indebida o difamación de competidores.
¿Dónde se regula la competencia desleal?
La Ley de Competencia Desleal en España (Ley 3/1991, de 10 de enero) establece un marco legal para identificar y sancionar cualquier acto de competencia desleal.
La Ley de Competencia Desleal tiene como objetivo proteger tanto a las empresas como a los consumidores de actos que distorsionan la competencia y afectan negativamente la libre elección de los consumidores.
Esta ley establece los principios y normas que rigen la competencia leal en el mercado y prohíbe una serie de prácticas que son consideradas desleales y perjudiciales para el adecuado funcionamiento del comercio.
Es importante destacar que además de la Ley de Competencia Desleal, existen otras normativas y regulaciones en España que también pueden aplicarse en casos de competencia desleal, como la Ley de Marcas, la Ley de Patentes, la Ley de Propiedad Intelectual y otras disposiciones legales relacionadas con la publicidad, la protección del consumidor y el derecho comercial en general.
¿Cuándo se considera que existe competencia desleal?
La Ley de Competencia Desleal tiene como propósito principal salvar los intereses de empresas y consumidores.
En este sentido, se considera que existe competencia desleal cuando las acciones ilícitas perturban el funcionamiento normal del mercado.
Esto implica que dichas acciones deben estar dirigidas a promover productos o servicios propios o de terceros y tener la capacidad de influir en el comportamiento general de los consumidores.
Esto puede manifestarse de varias maneras, como persuadir a los consumidores para que elijan una oferta o proveedor específico, coaccionarlos a contratar un servicio particular o aceptar condiciones determinadas, forzarlos a retener un producto o servicio, menoscabar sus derechos contractuales o inducirlos a tomar decisiones que, de otra manera, no habrían tomado.
Dado que las acciones ilícitas pueden ser muy variadas, la Ley de Competencia Desleal establece ciertas categorías específicas de conductas prohibidas para abordar este problema.
¿Qué actos se consideran de competencia desleal?
La competencia desleal en España se rige por una serie de normativas y regulaciones destinadas a promover un mercado justo y equitativo.
Los actos que se consideran competencia desleal abarcan una amplia gama de comportamientos que buscan obtener ventajas injustas en el mercado, perjudicando a competidores y consumidores por igual.
Estos actos de competencia desleal, principalmente, son los siguientes: actos de denigración, actos de confusión y omisiones engañosas, realización de prácticas agresivas, actos de imitación, venta a pérdida, publicidad ilícita, violación de las normas o discriminación y dependencia económica.
Vamos a ver a continuación con más detalle cada uno de ellos.
Actos de confusión
Se entiende como actos de confusión aquellas prácticas que pueden inducir a engaño o error al público en cuanto al origen, identidad o calidad de los productos o servicios ofrecidos.
Un ejemplo de esto es cuando una marca utiliza un nombre comercial, envase o logo muy similar a otro de un competidor.
Omisiones engañosas
Cuando una empresa omite detalles relevantes sobre sus productos o servicios a los consumidores, lo que induce a error, estará incurriendo en omisiones engañosas.
Esto puede incluir la omisión de detalles relevantes sobre precios, características o condiciones de compra.
Prácticas agresivas
Las prácticas agresivas son aquellas que emplean tácticas coercitivas o intimidatorias para lograr la venta de productos o servicios.
Estas prácticas pueden incluir el acoso constante de los consumidores, la explotación de su vulnerabilidad o la utilización de técnicas de venta que los presionen a tomar decisiones apresuradas.
Actos denigratorios
Los actos de denigración implican la difamación o desacreditación de los productos, servicios o reputación de un competidor. Estas prácticas buscan dañar la imagen de la competencia para ganar ventaja en el mercado.
Actos de comparación
Los actos de comparación involucran la realización de comparaciones desleales entre productos o servicios propios y los de la competencia.
Estas comparaciones pueden ser inexactas o engañosas, lo que lleva a una percepción distorsionada en el mercado.
Actos de imitación
La imitación desleal consiste en copiar elementos distintivos de la competencia, como marcas registradas, diseños o nombres comerciales, con el fin de aprovecharse de su éxito y reconocimiento en el mercado.
Uso indebido de la reputación ajena
Este tipo de acto ocurre cuando una empresa aprovecha indebidamente la reputación o el renombre de otra entidad para ganar beneficios.
Esto puede involucrar la utilización no autorizada de premios, certificaciones u opiniones positivas.
Inducción a la infracción contractual
La inducción a la infracción contractual implica instigar a terceros, como distribuidores o empleados, a violar acuerdos contractuales con la competencia. Esto busca debilitar la posición del competidor en el mercado.
Violación de normas
La violación de normas abarca acciones que van en contra de regulaciones específicas del mercado, como prácticas de etiquetado incorrectas, incumplimiento de estándares de calidad o elusión de requisitos legales.
Prácticas discriminatorias
Estos actos incluyen prácticas discriminatorias o la explotación de la posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a proveedores, distribuidores o competidores más pequeños.
Venta a pérdida
La venta a pérdida consiste en vender productos o servicios por debajo del costo de producción o adquisición, con el propósito de perjudicar a la competencia y eliminarla del mercado.
Publicidad ilícita
La publicidad ilícita involucra la difusión de información engañosa o falsa en relación con productos o servicios, lo que puede confundir a los consumidores y generar una ventaja injusta en el mercado.
La legislación sobre competencia desleal abarca una amplia variedad de actos y prácticas que buscan preservar un entorno comercial justo y equitativo.
Estos actos van desde la difamación y denigración de la competencia hasta la explotación de la reputación ajena y la utilización de prácticas agresivas de venta.
Cómo actuar ante la competencia desleal
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) señala que, frente a la competencia desleal, se debe recurrir a los tribunales como la vía apropiada. La legislación establece diversas opciones para los afectados en tales casos.
Estas van desde solicitar la cesación de la conducta ilegal y su prohibición, eliminar los efectos resultantes, hasta exigir la corrección de información engañosa, inexacta o falsa, así como la compensación por los perjuicios causados por dicha conducta.
La Ley de Competencia Desleal también abarca otras prácticas comerciales perjudiciales para los consumidores.
Además, regula una serie de acciones para combatir la competencia desleal, como la acción declarativa, la acción de cesación o prohibición, la acción de remoción, la acción de rectificación, la acción de resarcimiento de daños y la acción de enriquecimiento injusto.
Además de estas acciones, existen otras como denunciar ante la Inspección de Trabajo a las empresas que incumplen la normativa laboral.